Extraído de la charla como escapar del valle de la muerte.
"El Valle de la Muerte es
el lugar más cálido y árido de EE.UU., y allí no crece nada. Allí no crece nada
porque no llueve. Por eso se llama, Valle de la Muerte. En el invierno de 2004,
llovió en el Valle de la Muerte. Cayeron ciento setenta y siete milímetros de
lluvia durante un breve periodo. Y en la primavera de 2005, ocurrió un
fenómeno. Absolutamente todo el suelo del Valle de la Muerte se cubrió de
flores por un tiempo. Lo que esto demostró fue que: el Valle de la Muerte, no
está muerto. Está latente. Justo bajo la superficie hay semillas de posibilidad
esperando las condiciones apropiadas para desarrollarse, y como con los
sistemas orgánicos, si las condiciones son propicias, la vida es inevitable.
Sucede todo el tiempo. Si se toma un área, una escuela, un distrito, si se
cambian las condiciones, dándole a las personas un sentido diferente de
posibilidades un conjunto diferente de expectativas, un repertorio más amplio
de oportunidades, si se abrigan y valoran más las relaciones entre docentes y
alumnos, si se le ofrece a las personas el criterio para ser creativos y para innovar
en lo que hacen, las escuelas que solían estar desoladas, reviven.
Los grandes líderes lo saben. El verdadero papel del
liderazgo en educación -- y creo que es cierto tanto a nivel nacional, estatal,
y a nivel escolar,-- no es y no debería ser orden y control. El verdadero papel
del liderazgo es control de clima, creando un clima de posibilidad. Y si lo
hacen, las personas se mostrarán a la altura de la situación y lograrán cosas
que no pudieron anticipar para nada y no podrían haber esperado.
Hay una cita maravillosa de Benjamín Flanklin.
«Existen tres
clases de personas en el mundo: Aquellos que son inamovibles, quienes no
entienden, y no quieren entender, y no harán nada al respecto. Hay personas que
son movibles, quienes ven la necesidad de un cambio y están preparadas para
escucharlo. Y personas que se mueven, quienes hacen que las cosas sucedan».
Si
podemos alentar a más personas, eso será un movimiento. Y si el movimiento es
lo suficientemente fuerte, ese es, en el mejor sentido de la palabra, una
revolución. Y eso es lo que necesitamos.
K. Robinson
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